lunes, 21 de mayo de 2012

Hablemos de las opiniones ajenas...

Somos muy egoístas a la hora de dar nuestra opinión, como también somos los que más duro nos criticamos a nosotros mismos. Estoy totalmente segura que nos queremos mucho más que a los demás, pero también estoy convencida de que nos importan más sus opiniones que las nuestras.

Yo me imagino que es porque son opiniones parciales, porque los demás no nos ven como nos vemos nosotros mismos, es más, hay defectos que tenemos que solo nosotros vemos.

Hay días que me pregunto ¿quién sería yo, si no hubiera alguien más para mirarme y decirme lo que piensa? No se puede ser millionaria si no tienes con quién compartirlo, no eres un artista hasta que alguien te aprecia.

En una parte leí que no sirven de nada los espejos, si total necesitamos de los demás para estar bonitos o feos.  Cuando estoy en terapia muchas veces se repite este episodio:

-Bueno y ¿qué opinas?

-¿De qué?

-No sé, de mi, de lo que te conté hoy ¿estoy loca?

-Es muy pronto para decirte eso, pero más adelante lo iremos viendo...

Yo cuando hago esas preguntas realmente es porque me interesa saber lo que piensan de mi en ese momento, no antes, no después, justo ahí.  Porque si alguien se queda dándole muchas vueltas, el día que te diga la opinión que tiene sobre ti va a ser perfecta, elaborada y hasta casi profesional, entonces uno no va a poder poner "peros" ni nada, porque todo va a ser cierto y a mi me gusta saber la verdad inmediata, sin muchos rodeos.